Esta tarde, cuando el Santo Padre visite la Nunciatura, varios “santos” saldrán a su encuentro para saludarlo. Se trata de una iniciativa de Monseñor José Ulloa, Arzobispo de Panamá, junto con el ministerio “Amigos de Jesús y de María”, que consiste en que un grupo de niños vestidos de santos saldrá al encuentro del Papa para brindarle una cálida bienvenida que se convierte en un llamado a la santidad.
Entre el grupo de niños se encuentran: José Cruz Dodero Dolega de 10 años, José Miguel Spiegel de 8 años, André Philippe Leignaider de 7 años y Nicole Spiegel de 9 años. Quienes, expresaron su alegría por encontrarse con el Papa Francisco.
Ellos esperan que el Santo Padre bendiga a sus familias, a los pobres y a Panamá.
José Cruz eligió representar a San Cura Brochero porque ambos son argentinos; Miguel, por su parte, es San Juan Diego, el santo mexicano al que se le apareció la Virgen de Guadalupe porque es uno de los santos patronos de la JMJ; André no tuvo dificultad para inclinarse por San Andrés, Apóstol; mientras que Nicole eligió a Santa Rosa de Lima porque es de Perú, la primera santa de América, y porque es también patrona de la JMJ.
A sus amigos les contarán, después de esta experiencia, que fueron elegidos para cantar y bailar frente al Papa, que están muy contentos por la experiencia y que se saben afortunados porque los verán en todo el mundo. Los papás se sienten orgullosos de sus hijos y esperan con ansia el encuentro de sus hijos con el Santo Padre. La mamá de Juan Cruz, Tatiana Dolega, dice que fueron elegidos por dos instituciones, una de ellas fue “Amigos de Jesús y de María”.
Le dirán al Papa que pida por sus familias, por los pobres, por Panamá, por el mundo entero, por los niños y jóvenes, también que los niños rezan por é. El pequeño André, comentó que sólo le dirá “Hola, Papa, me llamo André, give me five”.
“Amigos de Jesús y María” es un ministerio que ofrece grupitos de oración para así llevar a los niños el mensaje del Amor de Dios y las enseñanzas de la fe católica. Este ministerio nació como una respuesta al llamado que hizo la Virgen María en Fátima, donde pedía a los niños oración, reparación y amor a Jesús. En Panamá están presentes desde 1997.